La construcción sostenible ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una necesidad. Ante el cambio climático, los edificios buscan ser “eco” y “sostenibles” pero ¿qué significa eso realmente? Las certificaciones de construcción sostenible permiten diferenciar proyectos y comprender qué implica su construcción. Además, son la garantía de que un edificio cumple con los estándares de eficiencia energética, sostenibilidad y salud ambiental.
Certificaciones de construcción sostenible
1.- LEED, el sello verde más reconocido
LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) es una de las certificaciones más extendidas a nivel internacional. Desarrollada por el U.S. Green Building Council, evalúa 5 áreas principales: ubicación y transporte, eficiencia energética, uso sostenible del agua, selección de materiales y calidad ambiental interior.
Un edificio certificado LEED puede obtener distintos niveles: certificado, plata, oro o platino según la puntuación obtenida en estas categorías. Entre los aspectos más valorados encontramos:
Uso de sistemas de climatización y energía renovable eficientes
Gestión de residuos durante la construcción
Sistemas de iluminación y ventilación
Materiales reciclables y de bajo impacto ambiental
LEED no solo certifica el edificio terminado, también evalúa los procesos de construcción y mantenimiento.
2.- BREEAM, la referencia europea
BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Method) es la alternativa más popular en Europa. Comparte criterios con LEED, pero su evaluación es más flexible y se adapta al contexto local de cada país.
Analiza categorías como energía, salud y bienestar, transporte, uso del agua, gestión de residuos y ecología. Las calificaciones son pass, good, very good, excellent o outstanding.
Una curiosidad sobre BREEAM es que no solo se aplica a edificios nuevos, sino también a renovaciones y urbanizaciones completas para incentivar la sostenibilidad en toda la planificación urbana.
3.- Passivhaus: eficiencia y confort térmico
Passivhaus es un estándar alemán que pone el foco en la eficiencia energética y el confort interior. El objetivo es reducir al mínimo el consumo de calefacción y refrigeración por medio de aislamiento de alta calidad, ventanas de triple acristalamiento, ventilación mecánica con recuperación de calor y control de puentes térmicos.
Lo más llamativo de Passivhaus es que los edificios certificados pueden mantener temperaturas estables con un consumo energético mínimo, lo que los hace especialmente relevantes en climas extremos.
4.- WELL y otras certificaciones centradas en la salud
Además de la eficiencia y la sostenibilidad ambiental, existen certificaciones que evalúan el bienestar de los ocupantes.
WELL se centra en la calidad de aire, agua, luz, confort térmico y acústico, y alimentación saludable. Es una perspectiva que combina sostenibilidad en salud, destacando que un edificio responsable no solo reduce sus emisiones, sino que también mejora la vida de quienes lo habitan.
¿Por qué son importantes estas certificaciones?
Las certificaciones de construcción sostenible suponen:
Eficiencia y ahorro: un edificio certificado tiene un menor consumo energético y menores costes de mantenimiento.
Valor añadido: tanto para propietarios como para inversiones, disponer de una certificación reconocida aumenta el atractivo y el valor de la propiedad.
Impacto ambiental real: estas certificaciones aseguran que se han edificado bajo decisiones conscientes sobre materiales, energía y gestión de residuos.
Salud y confort: algunas certificaciones garantizan un entorno más saludable, ventilado y confortable para los ocupantes.
Las certificaciones y estándares como LEED, BREEAM o Passivhaus son herramientas clave para distinguir un edificio realmente responsable de uno que solo aparenta serlo. Hablamos de mucho más que simples etiquetas, hablamos de ahorro, eficiencia, salud y un impacto ambiental menor. Además, algunas como WELL amplían la mirada hacia el bienestar de los ocupantes.
Conocer estos estándares permite diseñar mejor y valorar lo que realmente significa vivir o trabajar en un espacio sostenible, y por supuesto también elegirlo y para ello:
Identifica la certificación más relevante según tu país y tipo de proyecto.
Consulta los requisitos y procedimientos específicos de cada estándar.
Valora la inversión a largo plazo, pues la certificación puede implicar costes iniciales más altos, pero ahorra energía y mejora el confort durante décadas.
Comprueba la integración de la certificación con el diseño y los materiales.
Un edificio sostenible es mucho más que aquel que instala paneles solares: la sostenibilidad tiene que ser parte de la planificación global. Porque hoy, la sostenibilidad en la construcción no es opcional, es un criterio fundamental para el futuro de las ciudades y del planeta.
