miércoles, 7 de marzo de 2018

Etiqueta energética: ¿Qué es y para qué sirve?


Seguramente la hayas visto colgada en los electrodomésticos cuando adquieres uno, pero quizá no sabes exactamente qué significa toda la información que traen. La etiqueta energética es mucho más importante de lo que podemos creer. Es por ello que nos gustaría aprovechar el siguiente artículo para hablarte un poco de ella.
En primer lugar, hay que explicar qué es la etiqueta energética que nos encontramos habitualmente en nuestras neveras, hornos o lavadoras. Básicamente se trata de la calificación energética que obtiene ese electrodoméstico en una escala que va desde la “A”, la más eficiente y de color verde, hasta la “G”, la menos eficiente y de color rojo.


Esta clasificación ha servido durante años para informar al consumidor sobre los distintos productos eléctricos que iba a adquirir. Además, también se usa habitualmente para calificar incluso el comportamiento energético de los edificios e inmuebles. De hecho, se trata de un estudio obligatorio a día de hoy a la hora de vender o alquiler cualquier casa.
Se trata, por tanto, de una herramienta informativa para cualquier comprador en la que conocer datos importantes que afectarán al rendimiento del electrodoméstico, como por ejemplo su consumo o su eficiencia. La etiqueta energética es, a día de hoy, obligatoria por normativa europea vigente.
Por ley, los aparatos para el hogar que deben contar con ella son los frigoríficos y congeladores, las lavadoras y secadoras, los lavavajillas, los hornos eléctricos, las fuentes de luz domésticas y también los aparatos de aire acondicionado.
Eso sí, la etiqueta energética no es la misma en todos los electrodomésticos. Por ejemplo, la de un frigorífico deberá contar con información adicional, como por ejemplo su capacidad para congelar.

¿Y para qué sirve la etiqueta energética? Básicamente, podríamos decir que su finalidad no es otra que mostrar de forma rápida y sencilla la eficiencia energética de los electrodomésticos. No podemos olvidar que se trata de una información muy útil para los consumidores, de forma que se pueden realizar comparaciones entre distintas marcas y modelos hasta dar con la alternativa más recomendable para el hogar.
Es preciso informarse y prestarle la atención que merece, ya que, dependiendo de la elección, se puede llegar a conseguir un ahorro importante económico durante la vida útil del aparato. En relación con la clasificación energética de un electrodoméstico, lo barato puede salir realmente caro.