Seguramente la hayas visto colgada en los electrodomésticos
cuando adquieres uno, pero quizá no sabes exactamente qué significa toda la
información que traen. La etiqueta
energética es mucho más importante de lo que podemos creer. Es por ello que
nos gustaría aprovechar el siguiente artículo para hablarte un poco de ella.
En primer lugar, hay que explicar qué es la etiqueta energética que nos encontramos habitualmente en
nuestras neveras, hornos o lavadoras. Básicamente se trata de la calificación
energética que obtiene ese electrodoméstico en una escala que va desde la “A”,
la más eficiente y de color verde, hasta la “G”, la menos eficiente y de color
rojo.
Esta clasificación ha servido durante años para informar al
consumidor sobre los distintos productos eléctricos que iba a adquirir. Además,
también se usa habitualmente para calificar incluso el comportamiento
energético de los edificios e inmuebles. De hecho, se trata de un estudio
obligatorio a día de hoy a la hora de vender o alquiler cualquier casa.
Se trata, por tanto, de una herramienta informativa para
cualquier comprador en la que conocer datos importantes que afectarán al rendimiento
del electrodoméstico, como por ejemplo su consumo o su eficiencia. La etiqueta energética es, a día de hoy,
obligatoria por normativa europea vigente.
Por ley, los aparatos para el hogar que deben contar con
ella son los frigoríficos y congeladores, las lavadoras y secadoras, los
lavavajillas, los hornos eléctricos, las fuentes de luz domésticas y también
los aparatos de aire acondicionado.
Eso sí, la etiqueta energética
no es la misma en todos los electrodomésticos. Por ejemplo, la de un frigorífico
deberá contar con información adicional, como por ejemplo su capacidad para
congelar.
¿Y para qué sirve la
etiqueta energética? Básicamente, podríamos decir que su finalidad no es
otra que mostrar de forma rápida y sencilla la eficiencia energética de los
electrodomésticos. No podemos olvidar que se trata de una información muy útil
para los consumidores, de forma que se pueden realizar comparaciones entre distintas
marcas y modelos hasta dar con la alternativa más recomendable para el hogar.
Es preciso informarse y prestarle la atención que merece, ya
que, dependiendo de la elección, se puede llegar a conseguir un ahorro
importante económico durante la vida útil del aparato. En relación con la
clasificación energética de un electrodoméstico, lo barato puede salir
realmente caro.