martes, 14 de agosto de 2018

Suelo radiante: Pros y contras de esta modalidad

Suelo radiante
Seguramente hayas escuchado hablar de él, pero todavía no tienes muy claro si es lo que necesitas para tu hogar. El suelo radiante es una alternativa moderna, ecológica y cada vez más demandada en los últimos tiempos. ¿Quieres saber por qué? Si sientes curiosidad, no te pierdas este post que hemos preparado para ti. ¡Comenzamos!

Básicamente podríamos decir que el suelo radiante es una clase de calefacción que no utiliza radiadores tradicionales, sino que se basa en la utilización de tubos de agua caliente que se colocan debajo del suelo de las casas. Pese a que muchos detractores apuntaban al riesgo para la salud que supone la aplicación de calor en las piernas, este problema quedó resuelto hace tiempo, consiguiendo un reparto uniforme por todas las estancias, evitando los efectos de la convección del aire.
A día de hoy, este sistema trabaja a una temperatura de entre 35 y 45 grados. Para ponerlo en comparación con otras opciones, en los radiadores tradicionales, la temperatura del agua suele ser de 70 grados. Además, según la normativa vigente, la máxima temperatura a la que puede llegar la superficie del suelo es de 29ºC.
Ventajas del suelo radiante

Gran eficiencia del suelo radiante

Una de las grandes ventajas del suelo radiante es sus niveles de sostenibilidad. Al utilizar agua a baja temperatura, la eficiencia de toda la instalación será muy alta y mucho mayor. Se puede afirmar que permite ahorros superiores al 15% con respecto a sistemas tradicionales de calefacción. ¡Increíble!
Estos valores pueden ser incluso superiores, aunque siempre dependerá de qué clase de pavimento coloquemos encima de los tubos por donde pasará el agua. Además, en el hipotético caso que el suelo radiante funcionase gracias al aporte de paneles solares, estaremos hablando de una energía 100% renovable.
Otro pro que hay que apuntar sobre esta alternativa es que no solo nos proveerá de calor durante los meses de invierno, sino que también ofrece frescor para los de verano.
Pero, ¿estamos ante un sistema totalmente perfecto? La respuesta es no. Entre sus principales contras tenemos que señalar que se puede tardar hasta 12 horas en calefactar una vivienda con suelo radiante, por lo que la rapidez no es su fuerte. Eso sí, si la vivienda está ocupada de forma continua, no habrá problema alguno.

Consejos suelo radiante

martes, 10 de abril de 2018

Reforma en el hogar para ser más eficiente


En muchas ocasiones anteriores os hemos hablado en este mismo blog sobre la etiqueta energética o cómo mejorar la eficiencia energética en nuestras casas gracias a la iluminación o los aparatos eléctricos que utilizamos. Sin embargo, en esta ocasión nos gustaría tocar otro tema interesante: ¿Es posible una reforma en el hogar para ser más eficiente?
Lo cierto es que sí y, además, es muy recomendable. Actualmente, cualquier persona que tenga en mente reformar un hogar, deberá pensar y planear qué medidas va a tomar para permitir que la vivienda se comporte de un modo más eficiente, ahorrando energía, consumiendo menos electricidad y, en consecuencia, contaminando menos el medioambiente.
Cada vez son más las empresas de reformas y construcción eficiente que nos pueden ayudar a conseguirlo. No podemos olvidar que, desde hace algunos años, para poder vender o alquilar cualquier vivienda, así como las de nueva construcción, es necesario presentar un certificado energético de la misma. La “A” es la mejor calificación y la “G”, la más baja.

Ahora llega la pregunta del millón: ¿Se puede ahorrar en el hogar con una reforma? La respuesta final sería sí, ya que, al aprovechar la obra para mejorar la eficiencia de nuestra casa, estaremos provocando que esta necesite menos aporte energético y, por consiguiente, ayudará al ahorro.
De hecho, se estima que una buena reforma en el hogar para ser más eficiente puede permitir que se alcance un ahorro energético que sea superior al 60%. Se trata de un dato notable y más que interesante.
Quizá otro punto de vista pueda ayudarte a entender la importancia de este asunto. Se estima que un piso de 90 metros cuadrados con calificación energética “G” gasta al año 1.300 euros. Esto supone hasta cinco veces más que una vivienda igual que posea una calificación B.

¿Qué reformas son las más eficientes?

Pero, ¿qué podemos y qué debemos cambiar en una reforma en el hogar para ser más eficiente? Lo más habitual y primordial suele ser la sustitución de ventanas, cambios en la instalación del agua caliente o también la mejora de los elementos de aislamiento térmico y acústico, como por ejemplo paredes, suelos, falsos techos o persianas.
Hay que tener muy presente que para lograr un espacio realmente eficiente, es preciso apostar por la calidad de los materiales instalados y la sustitución de aquellos antiguos que perjudiquen al comportamiento energético de una vivienda.


miércoles, 7 de marzo de 2018

Etiqueta energética: ¿Qué es y para qué sirve?


Seguramente la hayas visto colgada en los electrodomésticos cuando adquieres uno, pero quizá no sabes exactamente qué significa toda la información que traen. La etiqueta energética es mucho más importante de lo que podemos creer. Es por ello que nos gustaría aprovechar el siguiente artículo para hablarte un poco de ella.
En primer lugar, hay que explicar qué es la etiqueta energética que nos encontramos habitualmente en nuestras neveras, hornos o lavadoras. Básicamente se trata de la calificación energética que obtiene ese electrodoméstico en una escala que va desde la “A”, la más eficiente y de color verde, hasta la “G”, la menos eficiente y de color rojo.


Esta clasificación ha servido durante años para informar al consumidor sobre los distintos productos eléctricos que iba a adquirir. Además, también se usa habitualmente para calificar incluso el comportamiento energético de los edificios e inmuebles. De hecho, se trata de un estudio obligatorio a día de hoy a la hora de vender o alquiler cualquier casa.
Se trata, por tanto, de una herramienta informativa para cualquier comprador en la que conocer datos importantes que afectarán al rendimiento del electrodoméstico, como por ejemplo su consumo o su eficiencia. La etiqueta energética es, a día de hoy, obligatoria por normativa europea vigente.
Por ley, los aparatos para el hogar que deben contar con ella son los frigoríficos y congeladores, las lavadoras y secadoras, los lavavajillas, los hornos eléctricos, las fuentes de luz domésticas y también los aparatos de aire acondicionado.
Eso sí, la etiqueta energética no es la misma en todos los electrodomésticos. Por ejemplo, la de un frigorífico deberá contar con información adicional, como por ejemplo su capacidad para congelar.

¿Y para qué sirve la etiqueta energética? Básicamente, podríamos decir que su finalidad no es otra que mostrar de forma rápida y sencilla la eficiencia energética de los electrodomésticos. No podemos olvidar que se trata de una información muy útil para los consumidores, de forma que se pueden realizar comparaciones entre distintas marcas y modelos hasta dar con la alternativa más recomendable para el hogar.
Es preciso informarse y prestarle la atención que merece, ya que, dependiendo de la elección, se puede llegar a conseguir un ahorro importante económico durante la vida útil del aparato. En relación con la clasificación energética de un electrodoméstico, lo barato puede salir realmente caro.